¿Es algo personal o es algo hormonal? Síndrome Premenstrual y conflictos de pareja

En la vida de cualquier pareja heterosexual hay episodios que serían dignos de aparecer en algún cómic; diálogos absurdos que desembocan en pleitos rebuscados y sin sentido. Un día cualquiera, la chica reacciona de manera desmedida ante el comentario más inofensivo de su novio; él dice que no le gustó la película que fueron a ver y ella llora desconsolada diciendo que él ya no la quiere y que es incapaz de elegir cosas para los dos que lo satisfagan. El día de la cena que habían planeado por meses, aparece en la puerta de la casa en pijama, totalmente fuera de sí, diciendo que nada se le ve bien y no hay poder humano que la convenza de lo contrario; cualquier cosa dicha por el desconcertado hombre empeora la situación y, de pronto, la discusión ya no es sobre el vestido que quería ponerse ella, sino sobre la manera en que él ha cambiado su comportamiento. A las mujeres nos irrita que los hombres adjudiquen nuestro mal humor o una excesiva sensibilidad a la cercanía de los días en que menstruaremos. Es cierto que mucho de ellos desean explicar cualquier cambio en nuestro ánimo de la manera más fácil haciendo uso de este argumento, cuando en realidad hay algo en su manera de actuar que nos molestó. Pero, seamos honestas; no siempre es así y es bueno que admitamos que, para muchas de nosotras, las alteraciones hormonales provocan verdaderos conflictos en nuestras vidas y, por supuesto, en las relaciones de pareja que entablamos. Se trata de las consecuencias de un mal sufrido por un porcentaje mayoritario de las mujeres en edad fértil: el Síndrome Premenstrual, condición padecida aproximadamente por un 80% de las féminas y que es poco entendida, no sólo por los varones que nos rodean, sino por nosotras mismas. Los cambios hormonales que se suceden después de la ovulación provocan mucho más que malestares físicos (dolores de cabeza, de articulaciones y musculares, resequedad de la piel, hinchazón, etcétera); también alteran nuestra capacidad para controlar las emociones, lo que frecuentemente resulta en una verdadera hecatombe de sentimientos encontrados. Para quienes sufrimos de esta condición, es prácticamente imposible erradicar los sentimientos de inseguridad, tristeza y enojo que se presentan por oleadas y sin aviso. Podemos, es cierto, aminorar la contundencia de los mismos siguiendo un buen régimen alimenticio y haciendo ejercicio, pero difícilmente lograremos estar centradas emocionalmente durante esos días (que van de siete a catorce antes del sangrado menstrual). Sin embargo, lo grave no es el desbalance orgánico, sino las consecuencias que el mismo, por no entender bien lo que nos sucede, acaba teniendo en nuestra vida cotidiana. Es muy difícil que las mujeres admitamos que no siempre estamos bien; nos molesta sobremanera que se crea que nuestras hormonas nos dirigen y alzamos la voz indignadas cuando se nos acusa de histéricas. Claro está que lo anterior no es cierto, ni todos nuestros enojos son producto del Síndrome Premenstrual, ni es verdad que suframos de histeria por nuestra condición femenina. No obstante, no podemos seguir negando que hay días en los que no tenemos el control total sobre nuestras emociones y una manera de evitar fricciones graves en nuestra vida amorosa es compartir lo que sentimos sin temor. Los varones son solidarios cuando entienden qué está pasando, pero si esperamos que nuestra pareja desarrolle milagrosamente el don de la adivinación, será muy complicado que evitemos malos ratos. El Síndrome Premenstrual es algo que vivimos las mujeres, pero que podemos compartir de manera saludable con quienes nos quieren. ¿Qué tal si la próxima vez que nos sintamos hipersensibles, en lugar de encender los ánimos e iniciar una pequeña guerra, tenemos un acto de humildad e informamos que estamos en un momento en el que sólo queremos que nos abracen? Estoy segura de que el resultado será muy alentador en la mayor parte de los casos. Es mucho mejor pasar esos días de desequilibrio junto al hombre que nos ama cuidándonos un poquito, que peleando con él sin ton ni son. Al fin y al cabo, nuestro sentir durante ese periodo no es algo personal, sino hormonal.

1 comentarios:

Es muy cierto, los hombres no somos tan malos como se cree, somos despistados a veces pero si la chica nos dice de frente que es lo que pasa con sus hormonas o nos explica un poco de eso, sin duda no tenemos otra mas que apapacharlas! La comunicación sigue siendo lo mas importante para solucionar cualquier problema! Muy lindo articulo srita Tania.