La vida en un aparador: Redes de interacción social y seguridad en Internet


En la particular creación de la convivencia por Internet, primero fueron los chats, programas que permitieron la conversación en tiempo real entre usuarios de la WEB. Más tarde llegaron los sitios de contacto, donde los internautas se vinculan con otras personas, lo mismo buscando “su media naranja”, que “amigos” o “colegas con intereses similares”. Surgieron después los blogs, páginas personales en las cuales los navegantes de la RED suben textos y reciben las opiniones en torno a ellos de sus lectores. Con el tiempo ganaron espacio virtual los creadores de imágenes (fotógrafos, pintores, caricaturistas, dibujantes, videoaficionados, etcétera) que buscaban exponer su obra a quien quisiera mirarla. Muy pronto se conjuntaron todas estas posibilidades, dando lugar al nacimiento de las llamadas redes de interacción social; las más conocidas Hi5, Facebook y My Space.

Los tres sitios mencionados anteriormente comparten algunas características: son espacios de interacción social que promueven los vínculos interpersonales (utilizando mensajería pública o privada con otros miembros de la red) y las páginas constituyen una suerte de “carta de presentación” del usuario, conformada mediante fotografías, videos, textos y otras aplicaciones (como las mascotas virtuales, los avatares e imágenes de todo tipo). No obstante, la forma en que dichas redes surgieron y el universo de consumidores a quien iba dirigida inicialmente cada una de ellas, en cierto modo les imprimen algunas diferencias: mientras que Hi5 es el lugar “de reunión” para todo tipo de gente, My Space se “especializa” en brindar un foro a grupos musicales y Facebook pretende vincular entre sí a estudiantes y académicos.

Como sucede siempre en el universo de la Web, la realidad es que los usuarios de estos sites han modificado de manera importante los propósitos iniciales de sus creadores. En la actualidad, My Space dejó de ser el espacio al que despectivamente definían como “la red de yo y mis bandas favoritas”, albergando las páginas de toda clase de personas fuera del ámbito musical. Lo mismo sucedió con Facebook, originalmente hecho para la convivencia entre estudiantes de Harvad y que hoy en día cuenta con la participación de personas que nada tienen que ver con el mundo universitario. Quizá sea Hi5 el único de estos sitios que se ha mantenido fiel a sus objetivos, pero esto no era realmente difícil pues, desde su nacimiento, se consideró que esta red debería servir a cualquiera que tuviera los medios necesarios (acceso a internet) para registrarse como integrante de ella.

En las redes de interacción social, como en el resto del espacio cibernético (y de la vida misma), se encuentra de todo: adolescentes que dilapidan sus recursos creativos, utilizándoles para fomentar el acoso escolar, la violencia contra sus pares o contra sí mismos (como en el caso de la anorexia, la bulimia o las prácticas autolesivas); jóvenes que, por el contrario, emplean esta herramienta con el fin de comentar sobre cine y literatura o individuos que palian la soledad debida a circunstancias personales (como la extrema timidez, la falta de tiempo libre o el padecimiento de enfermedades incapacitantes), relacionándose de manera efectiva (y quizá también afectiva) con otros seres humanos dispuestos a escucharles.

Por supuesto, el hecho de que las redes de interacción social en la Web sean espacios públicos, abiertos a cualquiera que cuente con el equipo necesario (computadora y acceso a internet), implica ciertos riesgos. Uno de los peligros que encarna la mala utilización de estos sitios, es que la información personal de los usuarios caiga en manos de gente cuyo propósito está muy lejos de ser inocente (delincuentes sexuales o secuestradores, por ejemplo). No se trata de dejar de aprovechar recursos que pueden ser sumamente beneficiosos; está bien tener una página personal y formar parte de estas redes que, a fin de cuentas, son las nuevas formas de interacción humana. Pero, es un hecho que brindar datos sobre nuestra forma de vida de manera indiscriminada nunca es buena idea, por eso es importante saber usar este tipo de espacios a nuestro favor sin exponernos más de lo debido.

La convivencia virtual, como cualquier relación con personas desconocidas, requiere de ciertas precauciones, algunas de ellas son: nunca poner información detallada (nombre, dirección, teléfono, e-mail, etcétera); utilizar preferentemente un pseudónimo y pedirle a los contactos conocidos que no se refieran a nosotros en los mensajes públicos utilizando nuestro nombre completo u otro tipo de datos personales; evitar subir fotografías que muestren el lugar donde vivimos, trabajamos o estudiamos, así como todo tipo de propiedades (carros, por ejemplo) y no poner los nombres de familiares y amigos que aparecen en las imágenes. Para evitar que otras personas se enteren de nuestras actividades, estos sitios cuentas con algunos candados de protección: existe la posibilidad de hacer privado nuestro perfil, de modo que no tenga acceso al mismo, aquella gente que no hayamos autorizado previamente. Si no se quiere cerrar totalmente el sitio a los desconocidos, se puede optar por la privacidad en las fotografías y es recomendable tener control de los mensajes que se nos dejan públicamente, haciendo que los mismos no aparezcan hasta que nosotros lo decidamos así.

Finalmente, no está de más recordar que es útil usar la mensajería privada (para acordar sitios de reunión o pasar números telefónicos y direcciones, por ejemplo) y que, antes de aceptar ver a alguien “conocido” de esta manera, bien valdría la pena evaluar ciertas cosas (¿tienen amigos en común?, ¿qué tanto sabes de él o de ella?, ¿has verificado si trabaja o estudia donde dice hacerlo?, etcétera); si se decidiera el encuentro, este siempre tiene que ser en un lugar público y abierto, de día, sin alcohol de por medio y asegúrate de que alguien sepa a dónde vas y con qué propósito. Sin duda, las redes de interacción social en la web son espacios interesantes que no deben ser desaprovechados; desde el punto de vista creativo, estos sites proveen de recursos a quienes no tienen otra forma de promover su arte o sus ideas. En muchos casos se encuentra gente valiosa con la que no podríamos haber charlado e, incluso, la escucha de algún “amigo virtual” en momentos de desasosiego puede ayudarnos enormemente. No obstante todo lo anterior, para evitar problemas y enseñar a los más jóvenes el cuidado de sí mismos en la WEB, es fundamental conocer y emplear las reglas básicas de seguridad en Internet; para ello resulta útil consultar los vínculos que al respecto se añaden a este texto. Pero, sobre todo, es primordial tener claro que nuestra vida privada no puede, por ningún motivo ni circunstancia, exponerse como en un aparador.

1 comentarios:

Es muy cierto todo esto, aunque creo que es difícil cerrarse a todo un mundo. Este tipo de redes sociales son muy útiles en todos los aspectos, he conocido a mucha gente por estos medios, incluso puedo decir que tengo buenos amigos y algunos los he conocido en estas plataformas, la facilidad de exponerse tan abiertamente en estos sitios es enorme, la seguridad es importante aunque creo que el sentido comun es nuestra mejor aliada!
chu