Celotipia: la sombra del amor

¿Por qué no soy celoso si amo a mi novia?, pregunta un hombre joven en uno de los múltiples foros que existen en la web. El chico está verdaderamente preocupado, porque la actitud de respeto y seguridad que muestra hacia su pareja le está creando serios problemas con ella. El agobio que muestra este internauta tiene que ver, según cuenta, con el reclamo que la chica le hace por no sentirse desplazado cuando otro varón muestra interés en ella. Si lo pensamos bien, no es inusual que la gente crea que la falta de celos en una relación es indicador de que el amor que se nos tiene es insuficiente. No obstante, si hay algo que puede probar con contundencia que estamos lejos de querer a alguien es la desconfianza y una actitud posesiva. Pero ¿qué son los celos? Los celos son una emoción sentida por aquel que percibe que otra persona da a una tercera algo que él quiere para sí (normalmente atención, amor, o afecto). Los sentimientos desatados por un ataque de celos son comunes en la infancia, cuando estamos desarrollando la confianza en nosotros mismos. Durante los primeros años los niños luchan por obtener el cariño y la atención de los más cercanos, en un intento por sentirse bien amados y protegidos. Cuando se llega a la adultez y continúan los episodios de celotipia estamos frente a un tipo de trastorno delirante, esto es un trastorno mental en el que la persona interpreta de forma ilógica los estímulos que recibe del exterior, llegando a una convicción a través de un proceso inadecuado. Los individuos celosos suelen ser personas inseguras, en muchas ocasiones con baja autoestima y complejos de inferioridad. Por eso es un error atribuir los celos que sentimos a nuestra pareja puesto que, por más infiel que la misma fuera, la desconfianza que se siente una persona celosa se forja en la inseguridad que ella tiene sobre sí misma; piensa que es incapaz de retener a quien dice amar porque no cree en sus cualidades y justifica su poca autoestima argumentando las andanzas (muchas veces imaginadas) que atribuye a quien cela. Lo último que podría decirse de alguien que siente celos patológicos es que ama y es que el amor implica, en primera instancia, respeto por uno mismo y por los demás. Nada hay más peleado con el amor que el sentido de pertenencia que tiene un amante celoso, pues su manera de ver a la pareja es cosificándola, es decir, considerando que es un objeto del que puede adueñarse. Ver a una pareja de este modo implica pasar por encima de sus derechos más elementales, invadiendo su privacidad, cuestionando su lealtad y la veracidad de sus palabras. Lo que motiva a un celoso no es el amor, si no su necesidad de controlar al otro, con el fin de satisfacer vacíos en su vida emocional que, tristemente, nadie puede cubrir. El problema de los celos patológicos es que no existe posibilidad alguna de librarse de ellos sin que sean tratados profesionalmente. Por más que una pareja se empeñe en mostrar su lealtad al celoso, restringiendo su vida y renunciando a su libertad, nada sirve para acallar la desconfianza que siente la persona posesiva. Las parejas que se forman con un integrante celoso están destinadas irremediablemente al fracaso, pero lo más triste es que el final no necesariamente llega en el momento adecuado y pueden suceder muchas situaciones dolorosas, incluso de importante gravedad, antes de que alguno de los dos decida romper con ese vínculo malsano. Las personas que padecen celotipia deben acudir a terapia para fortalecer la idea que tienen de sí mismas, de la unión con otras personas y de su vida en general; se trata de un problema de salud emocional que destruye la tranquilidad de quienes le rodean pero, sobretodo, de quien padece este trastorno, al que bien han llamado la sombra del amor. En efecto, el amor sin libertad (que no libertinaje), sin respeto por uno y por los demás, simplemente no es amor; por eso la respuesta al cuestionamiento referido al inicio de este escrito se encuentra contenida en la propia pregunta: no eres celoso, precisamente, porque tú si amas verdaderamente (a ti y a la persona que has elegido como compañera).

1 comentarios:

Pensé que era un problema psicológico no sentir celos! Yo tengo ese problema, muchos me dicen "Que bueno que seas así" pero de verdad esto causa problemas con tu pareja, la mayoría piensa que no me importan o no me interesan! ahora veo que no es tan malo jajaja