Amor múltiple sin mentiras: los poliamorosos

“He tenido un romance de verano interesante. A la vez, Laurel, la novia de mi marido está progresando muy bien con su embarazo”. Así reseña parte de su cotidianidad Juliette, una chica estadounidense que, junto con su esposo y la novia de él, practica desde hace años el amor múltiple, también conocido como poliamoría. Este amor sin exclusividad nació en la California hippie de la década de 1960 y cuenta con adeptos en todo el mundo. No obstante, el poliamor es un fenómeno poco conocido y al que frecuentemente se confunde con las llamadas “relaciones abiertas”, calificándolo a la ligera de promiscuo y poco comprometido. Si bien, para la mayoría de nosotros es imposible concebir una relación de tipo amoroso sin que la misma incluya exclusividad sexual y emocional, las estadísticas muestran que en buena parte de las parejas actuales la fidelidad brilla por su ausencia. Así, los poliamorosos se pronuncian contra nuestras sociedades, promotoras de los juramentos incumplidos que basan la perdurabilidad del amor en el éxito de las estrategias para el engaño; “ojos que no ven, corazón que no siente” es el lema que nos rige ante la posibilidad de ser traicionados y que, de paso, justifica las andanzas clandestinas de los poligámicos. Aunque los poliamantes sin duda no son monogámicos, su forma de vida va más allá de las “relaciones abiertas”, pues no se conforman con aceptar de común acuerdo las prácticas sexuales que los miembros de la pareja puedan mantener con otros individuos. Para ellos es posible amar (en toda la extensión de la palabra) y establecer vínculos estrechos con varias personas a la vez, sin necesidad de mentirle a ninguna. Según aseguran los practicantes de esta forma alternativa del amor conyugal, la honestidad es el principio que sustenta su manera de vivir. Sin embargo, también es importante la autoestima pues, obviamente, los amantes múltiples no pueden darse el lujo de ser celosos. Hablar de amor en este caso es lo que marca la diferencia, pues aquí no se trata de pasar por alto “las aventuras” de nuestra pareja, sino de aceptar con toda conciencia que él o ella tienen un nexo emocional con otras personas. Estoy cierta que esto no debe ser fácil para nadie, ya que ni siquiera podríamos apear nuestras inseguridades en pensamientos del tipo “a quien ama es a mí”. En efecto, los poliamorosos dicen comprometerse de manera íntegra en cada relación que entablan; no buscan tener encuentros casuales, sino vínculos estables y duraderos con personas que pueden, incluso, llegar a habitar juntos al más puro estilo de las famosas comunas hippies. Quizá nos parezca raro, pero el poliamor es una forma de amar que nada tiene que ver con la promiscuidad (definida siempre por la falta de afecto), ni con necesidades carnales insatisfechas; es, simplemente, amor múltiple sin engaños de por medio. Como todas las alternativas que implica la diversidad, la poliamoría causa preocupación entre los defensores de la familia nuclear (como hasta ahora la hemos entendido); no están equivocados sus detractores cuando cuestionan la funcionalidad de este tipo de vínculos, pero antes de condenar a sus practicantes bien valdría la pena comprender su idea del amor. Para ello, basta con navegar por las múltiples páginas de Internet que albergan información sobre el tema. Muchas veces he escuchado decir que lo que duele de la infidelidad es el engaño. Si esto verdaderamente es así, me parece que los poliamorosos han resuelto el problema de los infieles. No es que intente hacer una apología de un modo de vida del que personalmente ni siquiera estoy segura que podría sobrellevar sin sentirme desdichada. El poliamor no es para todos, pero hay quien lo considera una opción viable y, mientras no se dañe a nadie, me parece que siempre será mejor que la mentira y la doble moral. Sólo por eso, los practicantes de la poliamoría resultan más dignos de respeto que quienes no cultivan la honestidad, haciendo exactamente lo mismo pero ocultándolo. En todo caso, yo preferiría tener la oportunidad de decidir si quiero o no estar con alguien que no me será fiel, antes que descubrir que mi relación de pareja no es como la creía ¿usted qué piensa?

1 comentarios:

Esta increíble tu blog, lo leeré completito ya veras!
chu