“¿Para qué sirve el teatro?, se preguntaba William Shakespeare, “¿somos la crónica y el reflejo del presente, o somos pura mentira? Quizá ningún otro cuestionamiento respecto al arte en general sea tan pertinente como éste, ahora que vivenciamos el horror de la violencia. Hace unas semanas, Javier Sicilia, poeta y filósofo, hizo un llamado a la ciudadanía; el asesinato de su hijo lo condujo sin remedio hacia el desgarrado territorio que habitan los deudos de nuestro país: miles de padres, madres, abuelos e hijos, que dejan de llorar la pérdida sólo porque necesitan justicia; ya vendrá la época del duelo sereno que consuela, ahora son tiempos de lucha, de peticiones, de exigencia: “Ya basta”.
“El mundo ya no es digno de la palabra, nos la ahogaron en la garganta. No hay más poesía en mí”, aseguró el poeta. Pero los artistas como él son irremediablemente biofílicos, para ellos la vida sigue valiendo la pena del mundo y por eso acude al arte, ese que hoy le falta, convencido de que en la creación se gesta la vida misma. La de Sicilia es una voz que se reúne a las de otros escritores que ya no están (como la de Susana Chávez, activista de Ciudad Juárez recientemente asesinada, o la de los maestros José Revueltas y Carlos Montemayor, cuyas denuncias fueron escasamente escuchadas); pero también se mezcla con los gritos desoídos de la gente que no habla más que desde dónde les mataron a alguien, en prosa, sin poesía quizá, y a los susurros de los presos sin juzgar o juzgados mal, así como a los de su gente, juzgada también sin deberla, aunque, eso sí, temiéndola.
Es un coro que nos invita a decir a los que todavía no pasamos por las funerarias, a los que aún no estamos tentados a asomarnos a las fosas buscando lo que nos hace falta y que no sabemos todavía qué más hacer sino arte. Arte frente a la muerte, arte frente a la sangre, arte para las cruces desérticas, arte para los cadáveres, arte para la discriminación, arte para quienes seguimos vivos; creación con causa para seguir creyendo. El Ciclo de Teatro Útil es un proyecto concebido por el Foro Shakespeare bajo tales premisas.
Se trata de teatro social, teatro documental, teatro político, teatro periodístico, teatro de denuncia, teatro contemporáneo, teatro que refleja la realidad nacional actual y de los años recientes, en resumidas cuentas, Teatro Útil. Desde hace un mes y hasta junio, todos los miércoles a las ocho de la noche, en el Foro Shakespeare, se presenta una obra distinta sobre diversos temas que, desafortunadamente, nos atañen hoy a los mexicanos: la tragedia de la Guardería ABC, los feminicidios en Ciudad Juárez, la diversidad sexual, el VIH-SIDA, la represión en Atenco, los presos políticos, la violencia de género, la niños de la calle, etcétera. Al final de cada función hay una charla-debate entre los integrantes del grupo teatral y personalidades expertas en el tema de la obra, con el público. Parte de las ganancias de la taquilla se entregan a una organización no gubernamental vinculada con el tema abordado.
Humberto Robles, coordinador del ciclo, e Ítari Martha, codirectora del Foro Shakespeare en la Ciudad de México, explican que el término “Teatro útil” fue acuñado por el dramaturgo Bertolt Brecht, considerando que el mismo trataría de temas del acontecer nacional, como una forma de denunciar, informar y concienciar al público. “Es Teatro Útil porque al final de la función hay charlas-debate con expertos en los temas relacionados con cada obra y el público, lo que permite informar. Es Teatro Útil porque parte de las ganancias se destinan solidariamente a organizaciones no gubernamentales en lucha y resistencia”.
El Ciclo de Teatro Útil es, sin duda, un espacio de creación, no sólo artística, sino social, que busca informar de un modo creativo a la gente sobre los temas que deben interesarnos si queremos modificar el rumbo que hemos tomado en México. Esto es algo que escasamente vemos en la cartelera de espectáculos de nuestro país, por ello constituye una oportunidad única para asomarnos a lo que nos acontece cada día de manera responsable, contribuyendo en algo al arte, a la cultura y a la sociedad misma. Quienes creamos (actores, directores, dramaturgos, escritores) queremos seguir creyendo; su asistencia lo hará posible porque, como afirma Humberto Robles, “el teatro no existe si tú no asistes”.